INTRODUCCIÓN
La familia Triglidae se caracteriza por tener la región cefálica angulosa, armada con numerosas espinas y con fuertes proyecciones en el hocico (Hoese y Moore, 1977). El nombre de la familia hace referencia a la forma de las aletas pectorales, las cuales presentan los tres primeros radios separados del resto; al moverlos sobre el sustrato, estos radios detectan estímulos mecánicos y químicos, siendo así como encuentran su alimento (Randall, 1983; Silver y Finger, 1984).
Los peces más representativos dentro de la familia Triglidae, en el Golfo de México, son especies del género Prionotus (Miller y Richards, 1977), los cuales se alimentan de diversos camarones, cangrejos, jaibas, y en algunos casos, como Prionotus stearnsi y P. rubio, también incluyen a los peces óseos como una parte importante de su dieta (Lewis y Yerger, 1976; Ross, 1983; Cruz-Escalona et al., 2001). Algunos de estos crustáceos son de importancia comercial, especialmente varias especies de camarón y jaiba, ya que constituyen una fracción indispensable para las pesquerías en México (Peláez-Rodríguez et al., 2005). Debido a que comparten hábitat, los pescadores de camarón y jaiba suelen encontrar entre sus redes organismos del género Prionotus, los cuales se catalogan como fauna de acompañamiento, y suelen ser desechados. Por mencionar algunos ejemplos, en el estado de Campeche, se ha calculado que este tipo de fauna llega a superar hasta 6 veces la del camarón, en peso por captura (Ramírez-Rodríguez, 2015). Otros estudios demuestran que en áreas subtropicales de México, en la pesca de camarones, la proporción extraída es de cinco toneladas métricas de pez por una de camarón, e incluso datos de diferentes localidades en el mundo muestran que en algunos tipos de pesquerías más del 90 % de la pesca total es fauna de acompañamiento (Peláez-Rodriguez et al., 2005).
La fauna de acompañamiento no se considera un recurso pesquero, sin embargo, esto podría replantearse tras estudios de índole ecológico y trófico, que generen las bases para conocer mejor este posible recurso; es así que el objetivo del presente estudio fue analizar la composición de la dieta, su variación entre las temporadas de lluvias y estiaje, así como la importancia de cada tipo alimentario que forma parte de la alimentación de P. rubio en la localidad de Las Barrancas en el Estado de Veracruz, México.
OBJETIVO
- Analizar la composición de la dieta de Prionotus rubio, su variación en dos tiempos de muestreo y la importancia de cada tipo alimentario, en Las Barrancas, Estado de Veracruz, México.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizaron dos muestreos, el primero en marzo y el segundo en octubre del 2018, en Las Barrancas, perteneciente al municipio de Alvarado, en el Estado de Veracruz. El material fue obtenido mediante un chinchorro playero de 800 m de largo con una abertura de malla de dos pulgadas. Se transportaron con hielo al laboratorio de zoología de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala (FESI), donde se pesaron los organismos con una balanza semianalítica con precisión de 0.01 g. Posteriormente se realizó la disección y se almacenó el contenido estomacal en frascos con alcohol al 70 %. Los tipos alimentarios fueron determinados hasta el nivel taxonómico más bajo posible empleando bibliografía especializada que se cita a continuación. Para la determinación de crustáceos: Gore y Scotto (1979); Manning (1969); Abele y Kim (1986); Ortiz y Lalana (2010) y Ng et al. (2008).
Para peces: Richards y Miller (2002) y McEachran y Fechhelm (2005), y finalmente, para los moluscos: Abbott (1974) y Tunnell Jr et al. (2010). Se obtuvo el Índice de Importancia Relativa (IIR) propuesta por Pinkas et al. (1971), para esto se registró: frecuencia, número de organismos y peso húmedo, como lo indica la técnica de Hyslop (1980). El criterio para el número de organismos se basó en la cuantificación de cabezas, en caso de que estas no se encontraran, se contó como a un individuo si se encontraba más del 50 % del organismo. El índice de Levins se calculó con la fórmula propuesta por Krebs (1999), para ambas temporadas, y finalmente, para calcular el nivel trófico se siguió el método propuesto por Cortés (1999).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Durante los dos períodos de muestreo se obtuvieron 28 organismos en la primera salida y 39 en la segunda, sumando un total de 67 estómagos de organismos pertenecientes a Prionotus rubio. Solo seis estómagos se encontraron vacíos o con materia orgánica no identificable (MONI).
En cuanto a la composición de la dieta de Prionotus rubio, se encontraron 36 tipos alimentarios en las temporadas de muestreo (Tabla I); todos ellos forman parte del bentos, a excepción de los organismos de la familia Engraulidae. En comparación a los resultados planteados por Cruz-Escalona et al. (2001), que reportaron 22 para la misma especie, a pesar de haber realizado más muestreos, en los meses de septiembre de 1994 a agosto de 1995 con excepción de mayo, junio, diciembre y febrero. Al igual que en este trabajo, dichos tipos alimentarios pertenecieron a los mismos grandes grupos, crustáceos, moluscos y peces, pero sin una variación en la composición de la dieta, a diferencia de lo encontrado en el presente estudio, en el que se observó una predominancia de los crustáceos en el primer muestreo y de peces en el segundo.
Tabla I. Entidades alimentarias y valores que conformaron el índice de importancia relativa, según Pinkas et al. (1971). Los tipos alimentarios están ordenadas por el % de IIR, de mayor a menor.
En el primer período de muestreo se encontró un total de 19 tipos alimentarios, solo uno perteneció al grupo de los peces (Osteichthyes: Ophididae) y otro al de los moluscos (Gasteropoda; Olivellidae), el resto fueron crustáceos. En contraste a la colecta del segundo período de muestreo (octubre), donde se encontraron al menos tres especies de peces, cinco taxa de moluscos, y el resto fueron de crustáceos, sumando un total de 22 tipos alimentarios y 18 distintos a los del primer muestreo (Fig.1).
Para hacer más clara la información presentada sobre la importancia relativa de los grupos alimentarios, estos fueron dispuestos en diversas categorías para su análisis y representación gráfica. En la Figura 2, se muestra el IIR por categoría, en el cual se observa que el grupo de los crustáceos (camarones, camarones mantis y jaibas) corresponden a casi el 70 % de los tipos alimentarios de P. rubio.
Figura 2. Grupos de los tipos alimentarios más importantes en porcentaje de IIR en todo el periodo de muestreo.
En la colecta del mes de marzo, los tipos alimentarios con mayor IIR fueron los cangrejos, seguido de camarones y por último los cangrejos mantis (Fig. 3). En octubre, el más destacado fue el de peces pelágicos, seguido de cangrejos, camarones, peces bentónicos y por último moluscos (Fig. 4).
Las especies con mayor importancia (% IIR), fueron distintas entre ambas investigaciones; en el estudio del 2001, Peaneus aztecus comprendió el 42 %, Sycionia dorsalis el 21 % y Portunus spinicarpus el 20 %, entre los decápodos; en cambio, en el presente estudio los tipos alimentarios, a nivel de especie con mayor importancia, fueron Anchoa sp. 20 %, Sicyonia typica 8 % y Squilla sp. 7 % (Tabla I). Las diferencias podrían deberse a las condiciones ambientales del año en los que se efectuaron los estudios, puesto que hay más de 20 años de diferencia entre los muestreos de ambos estudios; además la técnica de muestreo también pudo afectar ya que en aquel estudio realizaron el arrastre mediante una lancha y en mar abierto, y en el presente fue en la playa y a muy baja profundidad.
Autores como Schmitter-Soto y Castro-Aguirre (1996), hicieron alusión a que la variación de las dietas, entre especies, puede fluctuar por su distribución batimétrica y latitudinal; podemos ver esta variación incluso para la misma especie en ambientes distintos.
El índice de Levins para el mes de marzo fue de 0.67, y de 0.77 para el mes de octubre, con un total general de 0.69, un valor considerado propio de organismos generalistas, lo cual sugiere que no tiene preferencia por algún tipo alimentario. En cuanto al nivel trófico, se obtuvo un resultado de 3.9, por lo que está situado como un carnívoro de nivel medio, según Froese y Pauly (2019; Fig. 6).
A nivel cualitativo, se puede observar que la especie en estudio se alimenta principalmente de fauna bentónica, no obstante, es imprescindible contar con el respaldo estadístico o numérico que confirme lo antes mencionado. Por eso, para interpretar mejor los tipos alimentarios de esta especie, los índices son una herramienta muy útil. De esta manera, se concluye que esta especie, en la localidad de estudio, no tiene preferencia hacia algún tipo alimentario, pero la mayoría de sus presas son crustáceos. Debido a los resultados estimados con los índices, se considera como una especie carnívora generalista y los tipos alimentarios en su dieta dependen de la abundancia de las presas en las diferentes temporadas.
AGRADECIMIENTOS
A los pescadores de Las Barrancas por apoyarnos con la captura de los peces. A Ricardo Olmos por apoyarnos con la identificación de los moluscos. A Carlos Blas Garfias y otros compañeros de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, que apoyaron con comentarios y recomendaciones para este trabajo. A los revisores anónimos de Novitates Caribaea.
Literatura Citada
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